El cerebro no envejece

Guardado en: Artículos • Publicado el 05/01/2010 • 12 comentarios

neuronas

Las neuronas hacen conexiones nuevas durante el aprendizaje

Las evidencias más recientes han cambiado las creencias anteriores sobre nuestro cerebro, demostrando que puede generar nuevas neuronas. La doctora Molly V. Wagster, Jefa de la sección de Neuropsicología del Envejecimiento del National Institute of Aging de EE.UU. comenta: “Durante mucho tiempo hemos mantenido la suposición de que nacíamos con todas las neuronas necesarias y que el cerebro no podía generar otras nuevas, por consiguiente, una vez que morían éramos incapaces de sustituirlas. Estas suposiciones han quedado orilladas y desmentidas (…) Se ha comprobado el nacimiento de nuevas células nerviosas en personas de edad avanzada”.

En consecuencia, la pregunta que debemos plantearnos es ¿cómo estimular la neurogénesis o nacimiento de nuevas neuronas en el cerebro? Aunque la ciencia no tiene aún todas las respuestas, la clave está en los estudios realizados en personas mayores que han mantenido una actividad mental permanente. Son personas con tendencia a mantener relaciones sociales y lazos fuertes con sus parientes, sus amigos y la comunidad. Habitualmente son personas con buena salud y actividad física. Otra característica recurrente es que tienden a estar comprometidas en actividades alentadoras y desafiantes.

La historia del arte y la creatividad nos ofrece multitud de personas que han demostrado estar en el más alto nivel de capacidad intelectual, artística y emocional a edades consideradas muy avanzadas. Pau Casals, a los 96 años estaba en plena capacidad creadora, igual que Picasso a los 91, Rubinstein a los 90, Victor Hugo, Goethe y Matisse a los 83, Platón, Kant y Verdi a los 80, Fleming a los 74, Pasteur a los 73, Wagner y Leibniz a los 70.

Vemos cómo su capacidad intelectual y creativa no decrece ni depende de la edad. Más bien es lógico pensar lo contrario, porque a mayor experiencia, mayor diversidad de ideas que se pueden relacionar. De hecho, la edad promedio de las creaciones más grandes de la humanidad se sitúa en torno a los sesenta años. Por esa razón podemos empezar a pensar que a los 60 años es cuando estamos en la autentica «flor de la vida».

Además de los citados, los ejemplos de personalidades contemporáneas serían también muy numerosos, pero me quedo con el de la doctora italiana Premio Nobel de Medicina de 1986, Rita Levi-Montalcini, quien hoy, a sus 100 años cumplidos en abril de 2009 continúa plenamente en activo.

Sería un error considerar estos casos, pasados o recientes, como excepciones a la regla, creyendo que se trata de personas dotadas de una genialidad especial. En realidad, esa excepcionalidad ha consistido en salirse del pensamiento y del camino trillado para atreverse a no admitir la opinión generalizada de que a los 90 años sólo nos queda esperar pasivamente a la muerte. Lo que les hace diferentes no es una capacidad física, intelectual o emocional superior sino una aceptación de que nuestro cerebro se alimenta de los cambios, y esa forma de pensar está en todos los humanos de cualquier edad y condición. Cada uno de nosotros vivimos y nos movemos en un entorno que es una extensión de nuestra mente y cuando cambiamos nuestra mente, también cambia nuestra vida. Por eso es necesario comprender que nuestra mente no tiene edad.

Al igual que una persona que desea mejorar su salud debe cambiar por completo sus patrones de pensamiento, también deben cambiarlos quienes deseen evitar que sus cerebros envejezcan.

F. Javier González

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