El verdadero sexo débil vive 6 años menos y tiene peores recursos vitales

Guardado en: Artículos • Publicado el 12/07/2015 • 1 comentario

Si aun queda algún hombre que sigue creyendo que las mujeres son el sexo débil, una de dos, o sigue mentalmente en el siglo pasado o no se ha parado a pensar en que todos los argumentos científicos y sociales señalan a los hombres como el sexo débil. Para empezar le recuerdo que una de las pruebas de la mayor robusted física de la mujer es su capacidad para permanecer viva 6 años más que el hombre, como promedio.

Otra prueba irrefutable es la elección que hace la naturaleza o la evolución para realizar una de las pruebas físicas más duras como es la gestación y el parto de la prole. El hombre promedio puede ser aún más fuerte que la mujer en capacidad muscular. Sin embargo, en los países desarrollados las cosas ya no funcionan a base de músculo y en las zonas pobres y no desarrolladas del mundo, el hombre descansa mientras las mujeres o las niñas hacen los trabajos fuertes (acarrear agua, recoger leña, sembrar, etc). Estos son hechos, no teorías.

Una mentira secular

Ahora no entraré a analizar las razones de por qué se nos ha venido engañando con la milonga de la mujer como sexo débil. Ya lo hice en mi libro “El fin del mito masculino” (Editorial Erasmus). Pretendo centrarme ahora en las diferencias físicas que permiten a la mujer sobrevivir 6 años a los hombres en todo el mundo y bajo todas las culturas y costumbres.

Esperanza de vida

Los datos irrefutables muestran que de las personas centenarias, el 85% son mujeres. En España la esperanza de vida es de 78 años para los hombres y 84 para las mujeres. Si observamos el país más longevo del mundo, Japón y más concretamente Okinawa, la diferencia es la misma, 80 años de vida para los hombres y 86 para las mujeres.

Todavía hay quien argumenta que esta diferencia se debe a que los hombres llevan una vida más dura y estresante en sus ambientes de trabajo. Si esta fuera la razón, ahora que las mujeres trabajan también fuera de casa, gracias a una mayor igualdad laboral de género (además de seguir haciéndolo en casa) podríamos esperar que la diferencia en esperanza de vida se reduciría, sin embargo, esto no está ocurriendo. De hecho las mujeres siguen viviendo seis años más, enfrentándose con el estrés de su actividad laboral externa, sumada al estrés y los esfuerzos de todo tipo que supone intentar la ansiada conciliación laboral y familiar. Los datos muestran que los hombres sacan más beneficio del matrimonio que sus conyuges. Los hombres casados tienden a vivir más que los solteros, mientras que las mujeres casadas viven muy poco más que las solteras.

No hay una sola causa que explique esa mayor longevidad de la mujer, antes bien lo que parece darse es un conjunto de factores que se complementan e interrelacionan.

Qué dice la ciencia

Las investigaciones científicas más recientes señalan varias razones que explican la mayor longevidad de las mujeres. Muchos investigadores afirman que la razón es que la mujer tiene un sistema inmune más fuerte que produce más glóbulos blancos (linfocitos-T) para luchar contra las infecciones. En uno y otro sexo, la gándula Timo que genera los linfocitos-T reduce su producción con la edad, pero las mujeres siguen teniendo niveles más altos de estás células que los hombres de la misma edad.

Otra linea de investigación apunta a la noción de que las mujeres han evolucionado para tener vidas más largas porque son las que nutren y cuidan a las futuras generaciones y sabemos que la naturaleza favorece y protege todo aquello que asegura la supervivencia de la especie. Aunque hombres y mujeres contribuyen genéticamente por igual a su descendencia, las mujeres ofrecen una mayor aportación psicológica y social. Por otra parte, las hormonas sexuales se nos muestran como las culpables, ya que los niveles altos de testosterona son responsables de que los varones jóvenes asuman ciertos riesgos físicos y se comporten con mayor agresividad y son el origen de enfermedades del corazón y cáncer de próstata en los hombres adultos. Aunque no sea una solución deseable, el hecho empírico es que la castración en los varones tiende a igualar la longevidad de hombres y mujeres.

En la Universidad Médica y Dental de Tokio, en Japón, donde como he citado antes, entienden de longevidad, un equipo de investigadores asegura haber descubierto la razón principal de la mayor longevidad de las mujeres y coinciden en los dos aspectos citados, las hormonas sexuales y el sistema inmunológico como clave de la longevidad femenina. Al parecer el sistema inmune envejece de forma diferente en uno y otro sexo, en detrimento del nuevo sexo débil, el hombre. Llegaron a estas conclusiones analizando las muestras de sangre de 350 voluntarios sanos en Japón con edades entre los 20 y los 90 años. El coordinador del trabajo, Dr. Hirokawa asegura que el proceso de envejecimiento es diferente en hombres y mujeres por muchas razones. Entre otras, porque las mujeres tienen más estrógenos que los hombres, lo que las protege de enfermedades cardiovasculares hasta la menopausia.

Cada vez vivimos más años pero la brecha de género se mantiene. Nuestra sociedad se muestra muy lenta en eliminar diferencias que perjudican a la mujer en términos laborales y económicos, pero en lo que respecta a la salud y en esperanza de vida, llevan ventaja. Los hombres tienen desventajas biológicas y sociológicas desde el momento en que son concebidos hasta que mueren. Analicemos algunas de las ventajas femeninas:

* Ya en la gestación las mujeres son más fuertes

Aunque la cifra de embriones masculinos es ligeramente superior en el momento de la concepción, la tasa de abortos precoces entre estos es también mayor. Los varones son más propensos a sucumbir a una infección prenatal, por lo que, aunque su concepción sea más alta, nacen en prácticamente igual número que las mujeres. Son también más lentos en su desarrollo prenatal que las mujeres, lo que significa que mueren con más facilidad si el parto es prematuro, ya que sus pulmones y cerebro están menos desarrollados.

* La mujer es menos temeraria 

La quinta causa de discapacidad entre los hombres españoles fueron las caídas, y la octava los accidentes de tráfico. Entre las mujeres las caídas bajan a la novena posición y los accidentes de tráfico a la decimoctava. Un hombre hace cosas arriesgadas que una mujer de su misma edad no haría. La explicación biológica es que el lóbulo frontal del cerebro –que se encarga de calcular los riesgos– se desarrolla de forma mucho más lenta en los hombres que en las mujeres. Por otra parte los varones se suicidan cinco veces más que las mujeres.

* Corazón de hierro

El corazón del hombre sufre un descenso del 25% de su capacidad entre los 18 y los 70 años. Esto no les ocurre a las mujeres. Ellas desarrollan problemas cardiovasculares más tarde. Las enfermedades y accidentes cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo desarrollado entre hombres y mujeres, pero los hombres tienen más posibilidades de enfrentarse a ellas a partir de los 30 ó 40 años. De media, las mujeres desarrollan problemas cardiovasculares diez años más tarde que los hombres. Y esto también tiene una explicación biológica: la mujer goza de una mayor protección frente a los problemas cardiovasculares hasta la menopausia, ya que su cuerpo produce grandes niveles de estrógeno, una hormona que ayuda a mantener las arterias fuertes y flexibles.

* La menstruación ayuda

Otro factor importante que premia a las mujeres con años de vida de promedio es la menstruación.  Si bien algunos científicos creen que es el estrógeno lo que representa un papel protector en las mujeres, la menstruación, que origina una deficiencia de hierro durante una gran parte de la vida de las mujeres, es un factor más determinante que el estrógeno. El hierro es un elemento capital en la capacidad de nuestras células de producir las denostadas moléculas llamadas radicales libres, causantes del proceso de envejecimiento. La posibilidad de que los hombres “menstrúen” artificialmente mediante la donación de sangre puede ser algo más que altruismo, pensando en la enorme necesidad de donaciones de sangre que necesitan nuestros hospitales. También puede ser una manera de rebajar el nivel de hierro.

* Las mujeres tienen vínculos sociales más fuertes

Las personas que mantienen buenos amigos en la vejez tienen un 5% menos posibilidades de morir que aquellos que apenas tienen.  El beneficio más claro de las relaciones sociales viene de ayudar a los demás. Aquellos que ayudan a sus amigos y sus vecinos, aconsejando y cuidando de los demás, tienden a vivir más que el resto y las mujeres tienden a hacer nuevos amigos en la vejez con más facilidad.

Estos son los hechos, pero a pesar de las desventajas de salida que tenemos los hombres para prolongar nuestra vida, en comparación con las mujeres,  disponemos de medios y estrategias para reducir esas diferencias. Las he descrito ampliamente en mi libro «Envejecer es bueno para la salud» cuya segunda edición se publica en breve en Costa Rica por ALTEA Comunicación para su distribución en América. Vea más información en www.cuartaedad.com.

F.Javier González

Grupo de Estudio de Longevidad

 

 

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