China y las mujeres

La China impar

Por Carlos Torres (periodista)

China tendrá 300 millones más de hombres que de mujeres en 2020. Según un informe de la Comisión Nacional Para la Población y la Planificación Familiar, nacen al año 119 niños por cada 100 niñas. En las zonas más prósperas del sur, como Guandong o isla de Hainan, donde sus habitantes tienen la posibilidad de realizar una prueba durante el embarazo para conocer el sexo de sus hijos, la diferencia entre niños y niñas alcanza la proporción de 130 a 100.

El informe, elaborado por más de 300 demógrafos, asegura que la dificultad para encontrar esposa puede conducir a un clima de inestabilidad y de comportamiento violento y antisocial. La situación alcanzará mayor dimensión en las zonas rurales, donde por tradición el hombre ayuda a la economía familiar con su trabajo en el campo, mientras que la mujer pasa a formar parte de la familia del marido después de contraer matrimonio.

El informe, elaborado por más de 300 demógrafos, asegura que la dificultad para encontrar esposa puede conducir a un clima de inestabilidad y de comportamiento violento y antisocial.

Con 1.300 millones de habitantes, China es el país más poblado del planeta. Desde 1949, poco después de su constitución, la República Popular China se regía por lema "más gente, más fuerza". Los resultados de esta política se manifestaron una década después. En los primeros cinco años de la década de los sesenta su población pasó de 700 a 800 millones de habitantes. Ante semejante crecimiento demográfico, las autoridades iniciaron las políticas de planificación familiar en 1971. En un primer momento, se aconsejó a la población cuatro años entre embarazo y embarazo. Además, se fomentó el matrimonio tardío. Sin embargo, en la década de los 80, China superó la cifra de los 1.000 millones de habitantes, lo que llevó al gobierno a intensificar su control de natalidad. Entonces se estableció la política de un sólo hijo por pareja.

El incremento de los abortos femeninos en las zonas rurales hizo que las autoridades permitiesen tener un segundo hijo siempre que el primero hubiese sido niña, pero tampoco así se consiguió disminuir la desproporción entre el número de niños y el de niñas. Se prohibieron entonces las prácticas médicas que permitían conocer el sexo del feto y se comenzó a sancionar de una forma severa el aborto selectivo. No obstante, estas prácticas continuaron en la clandestinidad; incluso se evitaba informar a las autoridades del nacimiento del primer hijo para poder tener dos varones.

Según los datos del informe, todavía no se ha conseguido enfatizar lo suficiente la importancia de la mujer en este país. Los expertos alertan de que el rápido envejecimiento de la población dificultará el buen funcionamiento de los servicios sociales.

China alberga la mitad de la población anciana de toda Asia, que podría llegar a alcanzar un total 234 millones en 2020. La mezcla de población envejecida y familias con un solo hijo suponen un alarmante problema social. El cuidado de los padres, y a menudo de algún abuelo, recae en muchos casos sobre una sola persona. Una situación difícil de soportar para la economía de un país sin un sistema de pensiones y donde la fuerza económica reside en el gran número de trabajadores que tiene.

El gobierno chino ha decidido premiar con incentivos económicos a aquellas familias en las que nazcan dos niñas.

Frente a esta situación, el gobierno chino ha decidido premiar con incentivos económicos a aquellas familias en las que nazcan dos niñas. Un giro de 180 grados en el control de natalidad de una región que ha conseguido resolver los problemas esenciales de alimento y vestimenta que afectaban a las zonas rurales y más empobrecidas. Desde el año 2000 se estableció la enseñanza obligatoria y se erradicó el analfabetismo entre los jóvenes y adultos de mediana edad. Además, se consiguió el acceso a los servicios sanitarios primarios para el total de la población.

El gran reto que se le presenta a la potencia asiática es lograr la igualdad social de la mujer en un sistema donde el control de la natalidad es clave para el buen funcionamiento de la economía. Si el dragón consigue avanzar de nuevo, es probable que ya nada le pare en su camino hacía el progreso.

La China impar, por Carlos Torres (periodista)

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